domingo, agosto 13, 2006

Agosto


Atrapado en otro verano.
Las mismas oleadas de nostalgias marchitas.
El aire cada vez está más viciado, apenas quedan resquicios para que crezcan pensamientos.
El mar parece añorar los atardeceres del invierno.
Esperando en vano tus ojos en la luna de agosto.
Recuerdos desdibujados, erosionados por esta pesadumbre gris y metálica.
No puedo dejar de pensar en cuántas veces te he dejado atrás sin despedirme. Tal vez esta vez haya sido para siempre. Como siempre.
Me pierdo en las esquinas de mi habitación, en este pequeño mundo sin conciencia ni olvido.
Tantas cosas por decir, sin saber jamás cómo hacerlo y sin tener a quién.
Cuántas soledades caben dentro de una lágrima. Cuántas luchas incesantes en esta terrible sonrisa.
Déjame soñar esta noche con tu piel. Sentirla tan real como todo lo que no existe y da sentido a estos momentos.
Anclado en otros veranos.
Respirando brisas de noches perdidas.
Desatando tormentas y malgastando inocencia.
¿Qué fue de aquellos lugares?
¿Qué parte de ellos estaban dentro de mí?
¿Te acuerdas?
El futuro era una palabra más, sin sentido. El pasado estaba lleno de ti y de mí.
Y me pregunto si acaso aún no estaremos allí mismo. Y si las mismas estrellas humedecerán tu pelo negro.
Aunque no sepas si todavía existo. Aunque ni siquiera te lo preguntes.
Un instante fugaz. Ha quedado atrás, como un vacío sin sentido en mitad de un verano inútil.