domingo, octubre 29, 2006

Mañana empieza todo


¿Cuántas veces me he detenido a pensar el día anterior a un día especial?
¿Cuántas veces he sido consciente, o he tenido un atisbo de clarividencia, a la hora de anticiparme a un instante a recordar?
Probablemente ninguna.
Y sin embargo… aquí estoy. Aquí y ahora. A lomos de este leve fragmento de tiempo. Sumergido en esta gota de agua.
Y tal vez, sin saberlo, estoy a un paso (o dos) de ese momento.
¿Y si mañana todo cambia?
Vivo en la ignorancia total. No sé qué me deparará el siguiente lapso de tiempo.
Puedo imaginar, puedo temer, puedo esperar, puedo soñar… y seguiré sin saberlo.
Seguramente no habrá nada especial. Será un día como cualquier otro. Al igual que este preciso momento lo es. Este momento, del que nada quedará, dentro de unos minutos. Este momento, que no recordaré ni siquiera yo.
Pero hay recuerdos que tampoco eran singulares, y sin embargo perviven dentro de mí. ¿Por qué esos y no otros?, ¿qué los distingue de los demás?
Ahora mismo podría trasladarme sin esfuerzo a otro domingo cualquiera. Antes de otra semana cualquiera. Un domingo que haya quedado fijado en el filtro de la memoria. O tal vez flotando sobre la sangre que me corre por las venas. Sólo uno, a diferencia de todos los demás.
¿De qué están hechas esas sensaciones?, ¿de pensamiento detenido? Es tan difícil verbalizarlas…
¿Será falsa la memoria selectiva?, ¿lo será únicamente la mía?
Quizás es que no tengo mucho en dónde buscar.
Quizás es que mi vida es una sucesión de domingos por la noche, esperando a que mañana empiece todo.