viernes, julio 20, 2007

"Asfixia", de Chuck Palahniuk


En su obra más célebre, "El Club de la Lucha", Palahniuk planteaba una serie de elementos que, por separado, darían para varios libros. Uno de ellos era el tema de las adicciones. Lo que ocurre es que un tipo como Palahniuk, que si por algo se caracteriza es por padecer una tremenda incontinencia de ideas, tampoco es capaz de limitarse a centrar una de sus obras en un solo asunto.

Así pues, "Asfixia" vuelve a mostrarnos a un personaje principal desquiciado y al que el calificativo de "antihéroe" se le queda minúsculo. Es mucho más que eso. O sea, mucho menos. Es un auténtico paria, que se las ingenia para sobrevivir, pero sobretodo se pasa la vida luchando para mantener una cordura más que frágil. Si Bret Easton Ellis, el otro cronista privilegiado del desquiciamiento del urbanita actual, centra sus argumentos en las apariencias y en la esclavitud anímica que comportan, Palahniuk se mete de lleno en el tuétano de sus personajes. Un tuétano tan podrido como sus cerebros. Que moldean el mundo exterior a su antojo, desde dentro, pero que a la vez son arrastrados por la corriente ciega y demoledora del caos que es la propia vida.

Victor Mancini, el protagonista de "Asfixia", es una especie de mesías de vertedero. Un hijo de padre desconocido y de madre más desconocida todavía. Que se rodea de individuos tan o más perdidos que él y se alimenta de su podredumbre moral. Dicho así puede parecer un argumento duro y poco dado a la comicidad. En realidad, es todo lo contrario. Mancini tiene en común algunas cosas con el protagonista de "El Club de la Lucha", pero se diferencia claramente en el aspecto cómico de los trances en los que se ve metido: compañeros de trabajo más tarados incluso que él, viejas que le acosan haciéndole culpable de todas sus desgracias, adictas al sexo que fantasean con ser violadas (pero, eso sí, con matemática precisión), pollos cojos, enfermeras que no lo son, enfermas que lo son menos, bolas chinas indigestas y gente que le salva la vida en los restaurantes cada vez que va justo de dinero.

"Asfixia" es un torrente continuo de descarnada hilaridad. Que provoca en el lector que las carcajadas se tornen en muecas y de nuevo en carcajadas, entre párrafo y párrafo. A pesar de que su final es algo precipitado, deja el mismo poso de regocijante malestar que "El Club de la Lucha".

4 Comments:

At 5:36 p. m., Anonymous Anónimo said...

Jejeje, a mi me divirtio mucho aunque de manera enfermiza (lo reconozco con un acartulina negra sobre los ojos :P )a veces en el metro me sentia "involuntariamente cachonda y resignadamente contenida", ya sabes. Se lo conte a la amiga que me lo dejo y me dijo que le habia pasado lo mismo, asi que debemos ser raritas las dos, jejeje. Menos mal que la portada de las gallinas no es muy sugerente y nadie se daba cuenta del repentino rubor, ;)
Me gusto mas que "Monstruos invisibles" pero no tanto como "Fantasmas" y con el "Club", es de los pocos libros que me gusta mas la pelicula (y no es solo por la cancion de los Pixies, ;) )...
Perooo... mmm, adorado Palahniuk, me fascina. A ver si le echo un ojo a Ellis, tengo "Luna Park" en la pila, ya te contare.

 
At 6:07 p. m., Blogger Tyla said...

Ah... para mí "El Club..." película es La Adaptación Perfecta. El lenguaje literario de Palahnuik regurgitado y transmutado en el lenguaje visual de Fincher. Pero es verdad que también para mí lo primero siempre será la película.

Y sí. Es vergonzosamente divertido, el cabroncete. Jeje!

 
At 3:50 p. m., Anonymous Anónimo said...

Estuve viendo un documental de Palahniuk y decia que Danny (de "Asfixia") era su personaje favorito, porque era al unico al que habia cogido cariño de verdad, que tiene recuerdos suyos y que se basó en un amigo que murió. No se si recuerdas la parte en la que cree con unos ocho años que se va a hacer rico porque ha inventado (por casualidad) la masturbacion masculina, jejeje, que grande, Palahniuk, pues dice que eso le pasó a él de verdad cuando era pequeño y que se cabreó mucho cuando se enteró de que su mano no le iba a hacer rico.

En fin, que te sigo leyendo aunque no postee en los ultimos que has escrito, qu eme encantan pero que los comentarios son demasiado personales como para inmiscuirme yo,jeje, pero te leo que soy asi de voyeur, lo siento :P.

Te mando un gadchetoabrazo, Naufrago, estoy deseando que lleguen a la orilla cositas nuevas tuyas, ;)

 
At 9:59 a. m., Blogger Tyla said...

Jeje... la anécdota ésa de la masturbación es buenísima. Para que luego alguien diga que sus personajes literarios son demasiado marcianos como para basarse en la realidad.

Gracias por leerme LadyBloodyMarian. A ver si se me ocurre algo y actualizo, que últimamente tengo el cerebro checo, checo.

Besines refrescantes. :)

 

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