lunes, enero 18, 2010

La reunión de anoche


Siendo las tantas de la madrugada, en un punto geográfico no del todo determinado, se reúne el firmante para dar cuenta de lo que pueda sobre el orden del día que se ha autorremitido previamente. En cuanto al primer punto del mismo, acuerda no acordarse más. El segundo punto, consistente en lo de siempre y después de un acalorado debate entre el asistente, se rechaza por unanimidad, al no haber acuerdo. Finalmente, el tercer punto del orden del día no se aborda, por diferentes puntos de vista del asistente acerca de si es o no pertinente tratarlo en esta convocatoria. Por lo cual, se decide posponerlo hasta próximas reuniones. Por último, dentro del apartado de ruegos y preguntas, es tal el número de estas últimas, que el asistente se reconoce completamente incapaz de dar respuesta a todas ellas, de ahí que, como presidente y secretario, se vea obligado a requerir la presencia de una botella de whisky, de lo cual exige que conste en acta. No habiendo más cuestiones que tratar y siendo las tantas y pico del día y lugar arriba indicados, se cierra la sesión.