sábado, enero 02, 2010

La calle de atrás


En la calle de atrás se han visto riachuelos de lágrimas rodar por las aceras. Esperas eternas que empezaron un día a las cuatro de la tarde y aún no se han acabado. La única farola ha alumbrado (cuando ha querido hacerlo) un primer y un último beso. En las paredes de la calle de atrás ha salpicado la sangre de una herida a traición, justo en el mismo lugar donde alguien se apoyó, decidido a no caminar más. En la calle de atrás has jugado con tus amigos y has vuelto cabizbajo más de una noche de lugares que preferiste olvidar. Desde tu balcón, que daba a la calle de atrás, has visto a alguien desconocido mirar hacia arriba, o a ella pasar siempre de largo. Lluvias torrenciales que no han dejado huella y caricias del sol que siempre recordaste. Deslices que a todos hicieron reír y tragedias en las que nadie se fijó. Tropezones inoportunos y cruces de miradas milagrosos. Encuentros fugaces y desencuentros sin final. Por la calle de atrás caminaste a su lado, antes de encontrarla y cuando ya la habías perdido. Caras nuevas o las mismas de siempre. Tiendas que se inauguraron llenas de colores brillantes y otras que se murieron de asco en la acera de la sombra. Varios accidentes mortales, algunas muertes accidentales y desmayos sin importancia. Estruendos en mitad de la noche y silencios absurdos al atardecer. Calor y frío en la calle de atrás. Gente y otras cosas. Hasta que te fuiste, aquella mañana de diciembre. Desde entonces, ya nadie se fija en ella. Así que ya no ha vuelto a pasar nada en la calle de atrás.