domingo, diciembre 17, 2006

La gente que nunca va a ninguna parte


Se les puede ver en cualquier calle de cualquier ciudad.
Normalmente les pasarás de largo. O se cruzarán contigo, sin mirarte.
Todos ellos son distintos, pero tienen algo en común: siempre caminan despacio. Y te dejan con la sensación de que si pasases por aquel mismo lugar en cualquier otro momento, seguirían allí. Con ese mismo deambular errático. Sin prisas, pero con un extraño aire de estar escapando de algo. De ellos mismos, tal vez.
No les importa la lluvia o el frío, el día o la noche. Forman parte del paisaje inanimado de la ciudad en falso movimiento, donde nunca pasa nada en realidad.
De vez en cuando se detienen en una esquina, se apoyan en la pared y esperan. Acaso una mirada furtiva hacia atrás. Pero normalmente miran al suelo. O al infinito.
Se mezclan con el resto de la gente. Y si no te fijas muy bien, no los distingues.
Pero están ahí desde siempre. Y nunca dejarán de estarlo.
No les verás hablando con nadie, porque no tienen nada de qué hablar.
Tienen todo el tiempo del mundo. Pero no pueden hacer nada con él.
Son figuras decorativas, dentro de sus propias vidas. No han estado nunca en el recuerdo de nadie.
Se mueven por inercia, como suspendidos en una tarde de domingo eterna. Tan grises, tan perdidos.
A veces me da miedo encontrarme un día convertido en uno de ellos. Condenado a esa tristeza de no venir de ningún sitio y de no ir a ningún lugar. Y no dejar rastro de mí.

10 Comments:

At 9:32 p. m., Anonymous Anónimo said...

No te preocupes... que rastro ya has dejado.

 
At 3:24 p. m., Anonymous Anónimo said...

Muy expresivo.

¿Admites una mala noticia?
Tener tiempo y capacidad de ver esas cosas es una señal de que te estás convirtiendo en uno de ellos (o al menos que esa puerta está abierta).

 
At 11:29 a. m., Blogger Tyla said...

Bueno, todo es posible. Es posible que me esté convirtiendo en uno de ellos, es posible que camine por el mundo fijándome en cosas que igual a otros se les pasan por alto... y seguramente unas cuantas posibilidades más... no lo sé.

De todos modos, si al final acabo igual que ellos (o a lo mejor ya lo soy, que tampoco puedo saberlo) tampoco hay ninguna certeza de que no se esté más "a gusto", ¿no?

Entiéndeme: sé lo que quieres decir, pero permíteme que tu "mala noticia" la ponga en la categoría de "rumor no confirmado", jejeje.

Un abrazo, Stunt. Y espero que esa mala época de tiempo atrás haya empezado a remitir. ;)

 
At 9:12 p. m., Blogger Noviembre todavía said...

Yo he formado parte de esa gente, he caminado por Sol, despacio entre la multitud, intentando pasar inadvertida, pensando, con la cabeza a miles de kilómetros de distancia... y si saber muy bien hacia donde iban mis pasos... no es muy bueno estar ahí... aunque ayuda a crecer, a veces lo necesitas.

Gracias por compartir tu tiempo :)

 
At 4:21 p. m., Anonymous Anónimo said...

Pienso que la mayoría de ellos sí tienen algo que contar. Quizás no sepan cómo hacerlo, quizás no tengan a nadie que contárselo..

 
At 12:19 p. m., Anonymous Anónimo said...

¿Ahora estás caminando?
Seguro que estás parándote detenidamente, observando...
Te echo de menos.

 
At 12:59 a. m., Anonymous Anónimo said...

Me debes una Navidad.

http://barnaby.blogia.com/

 
At 1:10 p. m., Blogger Tyla said...

Bueno, siempre será más asumible darte una navidad que un año nuevo. ;)

 
At 1:52 a. m., Anonymous Anónimo said...

No podrìas convertirte en uno de ellos. El rastro de que exististe, se quedarà siempre dentro de la huella que imprimieron sobre el camino tus palabras...
Saludos!!!

 
At 7:19 p. m., Anonymous Anónimo said...

Es usted el nuevo Pessoa, amigo náufrago. Y en mi opinión, nadie va realmente a ninguna parte. Nos limitamos a morir lentamente y tratar de no perder demasiado la cordura.

 

Publicar un comentario

<< Home