Momento circunferencia
Hoy, en menos tiempo del que tarda en llegar la angustia desde la cabeza hasta el estómago, mi vida ha dado un giro de 360 grados. Primero se ha vuelto del revés y después se ha quedado como estaba. Y no me he dado cuenta de nada hasta bastante después. Ha sido como cuando un hueso del brazo o de la pierna se te sale del sitio y al cabo de una milésima de segundo se vuelve a poner bien. No sientes el dolor hasta que ya ha sucedido. En este caso, más que dolor ha sido la conciencia de ver hasta qué punto todo puede irse a la mierda y volver (o no) en ese infinitesimal lapso de tiempo. Mientras ha durado, he vuelto sin saberlo a otros tiempos, tiempos en los que cada mañana me asomaba al abismo como quien mira por la ventana a ver el tiempo que hace. Supongo que debí haberlo imaginado. Es como un recordatorio de hasta qué punto el suelo es menos firme de lo que parece. En momentos así, me siento como en una función donde el payaso sustituye al funambulista, sin que el público lo sepa. Y son cíclicos. Siempre vuelven. Cuando menos te lo esperas. Esta vez, la inercia me ha hecho volver al punto de partida. Es posible que la próxima me encuentre de repente en mitad de ningún lugar, donde ya he estado demasiadas veces.
1 Comments:
Me alegra que hayas vuelto con nosotros, pero, si alguna vez vuelves a encontrarte en mitad de ningún lugar... búscame, seguro que estaré cerca.
Y no dejes que esa sensación te abrume, no es un recordatorio, es una comparación. Por si no te habías dado cuenta de la enorme diferencia que hay entre entonces y ahora. Saberlo tiene que servir para que lo disfrutes más, no para que vivas con temor.
Saludos
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