martes, mayo 01, 2007

"La Fuente de la Vida", de Darren Aronofsky


Vaya por delante que iba a verla con algunas reservas, porque no soy (precisamente) de los que se derriten con "Réquiem por un sueño" que siempre me ha parecido una película estimable pero demasiado lastrada por el tremendismo y el trazo grueso.

Dicho esto, "The Fountain" es una de esas películas que "hay que ver". Aunque sólo sea por lo audaz de la propuesta. Una audacia que a la postre no acaba de cristalizar del todo, pero audacia a fin de cuentas. Me explicaré:

Es audaz pretender hablar de temas así, en un contexto como el del cine actual. Incluso para alguien mimado por cierto sector de la crítica y del público. Es audaz hacerlo de una forma tan ambiciosa, abordando distintos tonos formales, incluso distintos géneros cinematográficos al servicio de una idea principal. Lo que no resulta tan audaz (y ahí viene el hándicap más grande que le veo al filme) es el no haber sido capaz de penetrar hasta el fondo en las posibilidades que se apuntan.

¿Aronofsky ha pisado el freno por miedo al descalabro comercial?, ¿le han obligado a hacerlo? Estoy hablando, principalmente, de un mayor alcance en lo que atañe a la narración. A la peli le falta como mínimo una hora. No se puede pretender hablar de temas tan Grandes, plantearlos en un marco temporal tan extenso y variar con tanta frecuencia de tono en poco más de hora y media. Necesariamente el resultado se resiente, porque aunque todo lo apuntado es notable y hasta deslumbrante en algunos momentos, la sensación es de que la obra peca de cierta inconsistencia. Como si el personaje de Hugh Jackman (excelente interpretación, con gran abanico de registros) fuese todavía más profundo y rico que la historia que vemos. Está muy bien darle al espectador las claves y que sea éste el que tenga que terminar de pulir los mensajes y las lecturas más introspectivas que se plantean... pero creo que a la película le falta bastante de esa enjundia. Que Aronofsky podía haberla plasmado, si hubiese querido, o le hubiesen dejado.

Por otro lado, hay alguna otra laguna, como el/los personaje/s de Rachel Weisz, que no son más que presencias quasi fantasmales. Y desde luego, nada apreciables desde el punto de vista interpretativo. Me pregunto qué directrices le debió dar Aronofsky a la actriz británica, en ese aspecto. Diríase que Rachel Weisz es casi una "voz en off" con cara y ojos, dentro de la película. Y no me vale que el centro neurálgico del filme sea el personaje de Jackman, porque ese personaje precisa de su motor vital, del necesario contrapunto que dé sentido a lo que busca. Si a eso se añade que la opción que adopta el director para contar parte de la peripecia del protagonista (aquí me refiero específicamente a su encarnación como investigador y la relación con la enferma de cáncer), no me parece la más acertada, porque en algunos momentos se tiñe de un tono excesivamente lacrimógeno, pues tendremos otro de los puntos flacos de la película. Me parece que todo ese tramo de la obra se podría haber abordado de un modo menos visceral y más en consonancia con los elementos más espirituales que dan sentido a la trayectoria del protagonista, a través del tiempo. Aunque bueno, todo esto resulta ciertamente opinable.

Eso sí, el apartado visual es excepcional. Y no me refiero únicamente a los efectos especiales, sino a la fotografía, a la atmósfera conseguida en cada uno de los paisajes narrativos, etc. Asimismo, la mixtura de géneros resulta francamente estimulante, porque no chirría prácticamente en nada (a excepción de lo anteriormente apuntado).

Con todo, a pesar de ser una obra caracterizada por la irregularidad, resulta estimulante por su valentía. Y particularmente, me parece una obra más honesta y madura que "Réquiem por un sueño".

A ver si en la próxima Aronofsky sigue igual de valiente, pero echa el resto. Porque está claro que capacidad no le falta.

2 Comments:

At 1:54 p. m., Anonymous Anónimo said...

Es una película que me impactó cuando la vi. Su combinación de diferentes texturas cinematográficas y narrativas; su particular empleo de la banda sonora como refuerzo estético del film (casi como tercer personaje) y la simplicidad y a la vez emotividad de la historia, que al fin y al cabo nos puede suceder a cualquiera, me convencieron absolutamente.
Ya comenté que hay cierta arritmia y un exceso de ambiciones en lo narrativo que perjudica un poco al film y que, en boca de sus detractores enseguida da como lugar lo de si es más o menos "pedante", pero, francamente, en los tiempos que corren, que alguien se atreva a variar un poco el enfoque visual del film desde una industria tan cuadriculada como Hollywood, ya me parece digno de elogio.
Supongo que a la crítica joven no le ha convencido por no llamarse Pedro Costa, Apichtapong, Nobuhiro Suwa o Jia Zhang-Ke; pero al margen de la grandeza de estos autores y de su cine interesante, sigo pensando que la de Aronofsky merece ser vista, digerida con reposo y reflexionada... para luego volverla a ver y seguir apreciando su gran variedad de matices.
En síntesis, un peliculón.

En fin, pa que veas que comento algún post.

Un abrazo, Tongs

 
At 1:39 p. m., Blogger Tyla said...

Ya veo, ya veo, jeje!

Te correspondo en el tuyo, ya que veo que también tienes una entrada sobre la peli.

Saludos!

 

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