martes, enero 05, 2010

Miradas que se van apagando


Hoy tenía la mirada casi incandescente. Podía iluminar toda la avenida sólo con sus ojos. La ilusión como fuente de energía. El asombro, el sentido de la maravilla. La luz del desconocimiento. Poco a poco irá pasando el tiempo y sus ojos irán cerrándose, tan sólo un milímetro, así como perdiendo parte de su brillo. Y sus alrededores. De manera progresiva y casi inapreciable. Más vivencias, más experiencias, nuevas situaciones. Pero ya no afectan igual. En sus ojos, más oscuridad. Ya no dejarán ver parte del alma asomándose a las ventanas de la mirada. ¿Qué se hizo de aquel resplandor? Finalmente, los últimos años, apenas una chispa intermitente, hasta fundirse en negro, ojos cansados de no encontrar motivos para brillar. Este mundo, lleno de pequeñas miradas resplandecientes, que empiezan en noches como hoy. En noches de mentira.