miércoles, mayo 30, 2007

Esa cena de los idiotas


D. estaba impertérrito, con la felicidad estúpida y silenciosa del amor "en flor" que dirían los Nirvana.
M.J. estaba, como siempre, feliz de tener a los niños lejos por un rato. Pero sin dejar de hablar de ellos, porque al fin y al cabo tampoco tiene otra cosa que decir.
J.C. estaba deseando que se acabase, pero fue el último en irse.
C.A. estaba de espaldas. Jo.
M.A. estaba lejos. Más jo.
F.M. estaba descolocadísima, aunque aparentase disfrutar el momento.
I.F. estaba más alta que nunca.
C.G. estaba muy borracho. Pero tan cargante como cuando va sobrio.
M.F. estaba con el punto y coma etílico, pero muy gracioso.
M.L. estaba en su salsa, como los mejillones.
F.J. estaba menos divertido que de costumbre, aunque él creyese lo contrario.
M.R. estaba preciosa, con su barriguita de cuatro meses. Ojalá esta vez sí cumpla los nueve.
A. estaba fuera de juego, porque por una vez no era la que más gritaba.
M.T. estaba demasiado pendiente de la comida.
T.A. estaba simulando no saber nada, cuando probablemente sabe más que nadie.
P.C. estaba como un niño jugando a ser mayor, lástima que todos los demás fuésemos más niños que él.
P.O. estaba jugando a lo contrario que P.C. con menos éxito aún que él.
M.D. estaba añorando a los mulatos del Caribe y se tuvo que conformar con los Pimientos del Padrón, como quien deshoja la margarita: "me pica, no me pica..."
T. estaba despreciando con la mirada a todos los que cada día pasan sin mirarle.
M.E. estaba mareada, pero menos que al día siguiente.
P.M. estaba involuntariamente cachonda y resignadamente contenida.
M.F. estaba intentando por todos los medios huir de su habitual gelidez, sin demasiada fortuna.
E. estaba callado, seguramente porque es el que más cosas tiene que callar.
M.P. estaba deseando llegar a casa para comerse un buen bocadillo de chorizo.
P.M. estaba incómoda, cosa que indudablemente le daba más morbo.
P.P. estaba, pero yo no la ví.
J.F. estaba como ausente.
M.C. estaba en su casa, porque se escaqueó.
I.B. estaba pensando en su hijito y él le reservaba una sorpresa de las que traspasan las sábanas y mojan el colchón.
M.O. estaba casi recuperada de la penúltima depresión.
V. estaba encantadora, porque no necesita emborracharse para transmitir buen rollo.

Y yo estaba observándoles a todos. Por última vez.

5 Comments:

At 10:40 p. m., Anonymous Anónimo said...

Es como uno de los de "hoy en el autobus" pero desde los entrantes a los postres. Los amigos-personaje muy bien definidos con una sola linea. Una linea afilada y ácida. Para mi gusto la mejor: PM "involuntariamente cachonda y resignadamente contenida", jejeje. Es lo que tiene el vino, ¿a quien no le ha pasado nunca?
Y tu pareces jugar como El Sombrero Loco en "Alicia en el pais de las maravillas", cambiando mentalmente de silla con el tarareo de "a cambiar, a cambiar" para meterte en la cabeza de todos y cada uno de los que "estaban" y que ahora, aqui, siempre estaran como les has dibujado.
Gracias por compartir ese momento y perdona por postear en algo tan personal, pero le estoy cogiendo gusa a tomar parte de esta mesa tan bien servida que es tu blog.

Buenas noches, Naufrago.

 
At 10:56 p. m., Blogger Tyla said...

Jeje... es curioso cómo puedes meterte en el pellejo de una persona simplemente viéndole comer y relacionarse durante un par de horas. Me encanta observar a los demás en silencio y después inventarme sus vidas, con más o menos aproximación a la realidad. Hablando en términos "alicianos" es como mirarles desde el otro lado del espejo.

 
At 12:22 a. m., Anonymous Anónimo said...

Jejeje, yo tambien lo hago, soy la extraña con la sonrisa del gato de Cheshire intermitente. Inventar extraños ha sido siempre uno de mis deportes favoritos del metro y tengo por ahi un relato sobre olores y fotos, muy malo, pero a ver si lo encuentro.
Otro de los deportes con extraños era el de aguantar la mirada, pero ya estoy mayor para eso, jejeje.

Espero que nunca me veas comer porque me inventarias una vida muy "chunga", mis modales son pesimos, jejeje y además tengo los vicios asquerosos de cerrar los ojos cuando bebo, poner el meñique recto cuando cojo la copa y pasar el indice por el borde en eternas circunferencias. No quiero saber lo que diria Freud de eso que ya me lo han dicho muchas veces... ¿alguna mania confesable tuya? si es inconfesable, mejor, ;)

Me acostaré con la duda y prometo que esta vez digo "buenas noches" de verdad, jejeje, acabo de cerrar en pasadizo y me he pasado por si acaso... :P

Dulces sueños, Náufrago!

 
At 9:04 a. m., Blogger Tyla said...

A mí lo de aguantar la mirada se me da muy bien, siempre que sea de reojo. Una cosa entre caída de ojos a lo Antonio Banderas/gato de Shrek y El Dioni. Seguramente los demás apartan la vista porque acaban mareados. Con respecto a tus modales...mmm... déjame pensarlo. Sería algo así como "B. estaba haciendo ver que atravesaba el cristal de la copa de vino, para pasar al mundo real, pero no lo conseguía". ¿Mis manías inconfesables? Uf! mogollón. Pero para eso, más que un blog, necesitaría la muralla china y un spray de graffiti tamaño barra de labios de Yola Berrocal.

 
At 11:40 p. m., Anonymous Anónimo said...

Jejeje... sí, pero para qué pasar al mundo real si casi todo lo que me hace feliz ultimamente esta del otro lado, como tu por ejemplo... jejeje, solo lo he dicho para hacerte sonreir, espero que haya funcionado porque tu siempre lo consigues, :P ... se veria desde el espacio tu muralla?
Ya es casi viernes y menuda luna, la has visto? aqui estaba entre brumas, completamente llena como la circunferencia de la copa cuando echo el humo dentro en plan Gattaca, algo que ya no haré, otra asquerosa costumbre menos, :P
Que tengas un buen viernes, presagio de un buen fin de semana.
Bechitos incisivos!!!

 

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