domingo, enero 27, 2008

Ayer soñé con mariposas blancas


Y mientras soñaba, supe que la única felicidad real, es la que queda atrás. Que nada importa y que cada día termina de la misma manera. Que nunca podré echar abajo el muro de cristal que me separa de ti, de vosotros y de ellos. Que la última luz encendida no resistirá hasta el amanecer. Que el único camino que querría seguir va en dirección contraria. Que no conviene expresar los miedos en voz alta. Que nunca recuerdo lo que dije y nunca sé lo que decir. Que las puertas que se cierran para siempre, siempre me dejan al otro lado. Que no se debe luchar contra el azar, porque es una nueva batalla perdida en la guerra contra uno mismo. Que cuanto más buscas el cielo, más atado estás al infierno. Que cada sonrisa tiene un precio y que la mayor parte de las veces, vale la pena pagarlo. Que las palabras y los silencios se escapan para no volver. Que la angustia de hoy, puede ser la nostalgia de mañana. Que no sé hasta qué punto mi vida me pertenece. Que ningún espejo dice la verdad. Que todos los viajes son sólo de ida. Que cada vez que me ves, soy otro. Que el cielo azul es un efecto óptico. Que el sueño más profundo, suele esconder las peores pesadillas. Ayer soñé con mariposas blancas. Y cuando desperté, quise olvidarlas. Pero no pude.

miércoles, enero 16, 2008

Miércoles marrón


Cuando alguien te llama a su despacho, te pide que te sientes y empieza la conversación diciendo: "va a haber cambios"... Mal asunto.

lunes, enero 14, 2008

Lunes gris


Hoy el día ha empezado demasiado temprano. Como todos los lunes. Después de ese abismo aterrador que es la noche del domingo, ese abismo que no se sabe dónde empieza ni dónde acaba, y casi sin darme cuenta, me he visto fichando en el trabajo. Y creo que ha sido entonces cuando me he despertado en realidad, delante del reloj de fichar, que ha hecho un ruido que me ha sonado como el chasquido de dedos de un hipnotizador. Nada más entrar, M ha aparecido con su habitual expresión de no poder más. Le he preguntado qué le pasaba y supongo que mi tono ha debido ser demasiado enfático, porque (muy a mi pesar) me lo ha explicado. Así que la mañana ha empezado en plan filosófico con M. Algo que parece demasiado duro para un lunes por la mañana a primera hora. Será mejor limitarlo de ahora en adelante a los viernes, con la tonta exaltación de esos momentos en los que el fin de semana parece un mundo de posibilidades. Es menos deprimente.

Después me he encontrado con un montón de tareas pendientes y de entre todas ellas, la más satisfactoria ha sido comprobar hasta qué punto domino las interioridades de la fotocopiadora. Creo que he accedido a las partes más íntimas de ese engendro mecánico a donde nadie había sido capaz de llegar nunca. Ni siquiera el mecánico de las gafas. Y lo más estupendo de todo: por primera vez, he sido capaz de meter las manos dentro de una máquina y no me he quemado, pellizcado, arañado o cortado. Es algo que le levanta el ánimo a cualquiera. Eso sí. El papel, ya estaba regurgitado.

Por lo demás, la mañana se ha hecho larga. Me he enterado de que las oposiciones se siguen retrasando y que seguramente hasta mayo, nada de nada. Pues qué bien.

He comido con el ansia de quien confunde las sardinas y los garbanzos con el agua del río del olvido, con la ilusión de pasar página lo antes posible. Mientras, me he puesto a ver "Sympathy for Mr. Vengeance", esperando que los malos comentarios que había escuchado sobre ella fuesen equivocados. Para nada. Se quedaban cortos. A años luz de "Old Boy". Eso sí, me ha hecho gracia el tío del pelo verde y he anotado en el bloc de notas que tengo pegado con imán al cerebro que tal vez en verano me lo tiña igual. Con la camiseta roja pareceré una aceituna rellena de pimiento morrón.

Después de la peli, he seguido leyendo "El Cuaderno Gris" de Josep Pla, que tan enganchado me tiene. Tanto, como para darme la idea de convertir el blog en una especie de remedo del libro. Seguramente la novedad no me durará más que un par o tres de días. Al fin y al cabo, ni soy Pla, ni tengo su capacidad de transformar lo cotidiano en algo entretenido. Y bueno, tampoco me han gustado nunca las sardanas. Y creo que si practicase el "resopón" nocturno, vomitaría hasta el hígado. Pero sí me maravilla descubrir en esas páginas a la Cataluña que (sin ser del todo consciente) llevo tan guardada dentro de mí. Es curioso.

Con la cena, me he puesto "Bad Santa" de Terry Twigoff. No sé por qué la había tenido tanto tiempo en espera. Me ha gustado muchísimo. Tal vez no tanto como "Ghost World", pero casi. Ese Billy Bob Thornton parece nacido para hacer de Santa Claus "malincuente". Y el niño gordo es la caña.

Estos días me acompaña la música de Nearly, la banda paralela de Jerome Dillon. Me gusta, pero tampoco creo que vaya a ser uno de mis discos de cabecera. Por cierto, en la peli de Twigoff sonaba el vals que también aparece en "Eyes Wide Shut" y automáticamente he pinchado en el emule la banda sonora de la peli de Kubrick. Qué grande.

Mientras escribo todo esto, tengo puesto el programa de Fríker Jiménez de anoche. Me he aficionado a acabar los lunes igual a como los empiezo: con miedo.